Conectividad sin fronteras: la revolución de SpaceX

por | Sep 14, 2025

Facebook
X (Twitter)
Instagram
Tiktok
WhatsApp

En los últimos días, una noticia ha sacudido el panorama mundial de las telecomunicaciones: SpaceX, la empresa de Elon Musk, está a punto de convertirse en el primer operador móvil satelital global.

Con una inversión estimada en 17 mil millones de dólares, la compañía accederá a frecuencias del espectro radioeléctrico y a licencias internacionales de comunicaciones que le permitirán ofrecer telefonía móvil con velocidades de 5G directamente a los celulares comunes y corrientes, sin necesidad de antenas, torres ni redes de fibra óptica como las conocemos hoy.

Este anuncio no es un simple avance tecnológico; es un punto de inflexión. Por primera vez la conectividad móvil podrá alcanzar a cualquier persona, en cualquier rincón del planeta, con calidad comparable a la de las grandes ciudades, sin que se tenga que invertir en aparatos terminales especiales.

Hoy, cerca del 37% de la población mundial unos 2.900 millones de personas, según la UIT, aún no tiene acceso a internet. En Colombia, el DANE reporta que el 52% de los hogares rurales siguen desconectados. Esta brecha digital no es un dato cualquiera, significa estudiantes sin acceso a contenidos educativos, campesinos sin herramientas de mercado digital y comunidades enteras aisladas de las oportunidades que brinda la cuarta revolución industrial, que lidera la inteligencia artificial.

El modelo satelital de SpaceX cambia esa ecuación:

  • Cobertura global inmediata, sin depender de cálculos de rentabilidad que históricamente han limitado la llegada de operadores tradicionales a zonas apartadas.
  • Complementariedad tecnológica, porque esta red no sustituye las redes terrestres, sino que las potencia y asegura redundancia en la conectividad.
  • Competencia real y global, ya que los operadores locales no solo se enfrentarán por este mercado entre sí, sino con un actor que presta servicios desde el espacio, lo cual debe redundar en beneficios para el usuario final.

Sin embargo, esta revolución trae consigo interrogantes regulatorios: ¿Cómo administrará cada país el espectro si un operador global ofrece servicios sin necesidad de infraestructura física en territorio nacional? ¿Qué rol tendrán los reguladores nacionales frente a una red que opera por encima de las fronteras? Y lo más importante: ¿está Colombia preparada para enfrentar este desafío?

En el país hemos debatido durante años sobre la modernización del marco regulatorio de las tecnologias de la información y comunicación, sobre la asignación eficiente del espectro electromacnético y sobre la urgencia de cerrar de manera eficiente y en el menor tiempo posible la brecha digital, pero esta noticia acelera la necesidad de encontrar caminos que permitan llegar a soluciones rápidas en los puntos que generan controversia.

El reto es doble: adaptar nuestra legislación para garantizar que los beneficios de esta tecnología lleguen a todos los colombianos, y al mismo tiempo proteger la soberanía digital y los ingresos que el Estado obtiene por el uso del espectro, que hoy representan más de 1,2 billones de pesos anuales en recaudo, según cifras del Ministerio TIC.

La conectividad satelital global no es un escenario futurista; es el presente inmediato. Se trata de una oportunidad única para que el planeta supere los rezagos existentes en las zonas rurales y se garantice la igualdad real en acceso a la educación, la salud y la economía digital. El desafío es grande, pero la oportunidad es aún mayor: hacer que la cuarta revolución industrial no pase de largo, sino que se convierta en motor de generación de equidad y desarrollo para todos.