Basta de política de odios, es tiempo de reflexión, unión y oración por Miguel y por Colombia

por | Jun 9, 2025

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Nuestro compañero, nuestro colega, nuestro amigo, se debate entre la vida y la muerte; cayó gravemente herido mientras defendía sus ideas ante la ciudadanía.

Miguel ha sido, como muchos de nosotros, un luchador democrático en el recinto del congreso, en la calle, en los medios, en las redes y esa lucha ha tenido una sola motivación: la defensa de la democracia, la defensa del Estado de Derecho, la defensa de la libertad de expresión y la oposición a un gobierno anti democrático, autoritario, impositivo, a un Presidente que lo graduó, como a muchos de nosotros, de HP.

Hasta estos extremos nos ha traído una política de odios, de narrativas, de efectismos sin profundidad; el debate político nos ha graduado a los congresistas de corruptos, de lo peor, de HPs, según nos llama el Señor presidente a quienes no aprobamos sus proyectos populistas y sin sentido, como el de la consulta popular.

No solamente hemos sido graduados de “enemigos del pueblo” por quien debería representar la unidad nacional sino que, como a Miguel, se nos ha dificultado el diálogo con quienes están encargados de nuestra protección que, en un País que nos odia por cuenta de esa narrativa que no hemos sabido contrarrestar, debería ser garantizado sin demora.

Miguel, como muchos de nosotros, hace oposición legítima y democrática y en esa labor que se origina en el voto popular, fue graduado de “enemigo de los trabajadores”, de “hp”, de “nieto de un tirano” y en esa situación, al pedir protección para su vida al gobierno, el gobierno se la negó.

El gobierno sembró el odio contra Miguel y el gobierno lo dejó desprotegido: Miguel fue baleado en la cabeza ante los ojos del País y hoy se debate entre la vida y la muerte.

Hoy, a los congresistas que nos oponemos, a los congresistas graduados de HPS, a los congresistas que luchamos por la democracia y que somos víctimas del odio, los funcionarios de la @UNPColombia del gobierno que nos vilipendia, no nos responden, literalmente, nos dejan en visto.

Mientras Miguel, nuestro amigo, nuestro compañero, nuestro colega, el padre, el hermano, el esposo, lucha contra la muerte, muchos de nosotros somos a quienes el Presidente y su gobierno ataca sin piedad, somos los odiados y somos ignorados cuando pedimos protección.

Quienes nos oponemos no tenemos garantías para ejercer nuestra función libre e independiente, hoy somos unos “privilegiados – según el gobierno”, presos del odio y expuestos, como Miguel, a las balas asesinas. Así no podemos legislar, no podemos hacerlo libremente; lo que nos corresponde como sociedad, lo cual nos incluye a los congresistas, es hacer un paro en el camino, orar por Miguel y buscar un acuerdo nacional que acabe con el odio político, con la polarización violenta y preservar la poca democracia que aún nos queda ¡si no lo hacemos ya, pronto no habrá democracia y no habrá quien luche por ella!

A mi partido y a mis compañeros de bancada les hago la siguiente reflexión: algunos de nosotros hemos dado la lucha de las ideas y hemos sustentado, con argumentos, en democracia, el por qué de nuestra posición en defensa de nuestras creencias; eso nos ha traído como consecuencia ser, como Miguel, rotulados de “HPS y enemigos”; el @partidodelaucol, mi partido, que es un partido deliberante y defensor de la democracia, no puede ser ajeno a esta situación, nos corresponde pensar en los intereses superiores, debemos sentar una clara posición y materializarla en decisiones políticas, debemos promover una lucha por la unidad, junto con todas las fuerzas ciudadanas y políticas que crean en nuestros mismos postulados, sin odio, en la marco de una discusión sin violencia.

En la U debemos estar lejos de la polarización, de todo aquello que tiene a Miguel debatiéndose entre la vida y la muerte por cuenta de las balas que quieren asesinar la democracia.

Es tiempo de reflexionar, de unión, de orar por Miguel y por Colombia!